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domingo, 29 de junio de 2014

Tiramisú casero

Por petición de mi marido que se volvió loco con esta receta, voy a colarla aunque tenga muchas otras sin escribir. Hacía siglos que no preparaba tiramisú casero, pero es que tampoco tenía ninguna receta que me encantara 100%, y fuera de casa tampoco lo tomaba porque no conozco ningún sitio que prepare un buen tiramisú casero. ¡qué pena!, con lo bueno que está...


Hace unos días vi en un blog que me gusta (el cual conocí a raíz de comprar en su tienda on-line productos de repostería) la receta del tiramisú. Mirando su blog descubrí que tiene varias recetas relacionadas con el tiramisú, pero a mi ésta fue la que más me gustó. Este blog que os quiero recomendar es el de "Maria Lunarillos". No obstante, a la receta le hice pequeños cambios que os iré anotando.


Tenía por casa unos botes de cristal de postres de supermercado que utilizaba para hacer natillas caseras. Como dice mi marido, llevaban con nosotros casi tres mudanzas sin usarse y, en la última, casi me convencen de tirarlos. ¡Menos mal que no les hice caso! Así que preparé el tiramisú como recomendaba María en el blog, raciones individuales, porque queda muy suelto.


Quedaron realmente deliciosos y, lo mejor de todo... ¡No lleva nata! Los ingredientes son muy fáciles de conseguir en cualquier supermercado. Los ingredientes que vamos a utilizar son:
  • 250 gr. de queso mascarpone. (Una tarrina).
  • 3 huevos talla "M".
  • 4 cucharadas de azúcar.
  • 30-40 bizcochos de soletilla (aunque en el blog recomendaban 10-15 galletas savoiardi o bizcochos de soletilla).
  • 325 ml. de cafe frío (en el blog ponía 200, yo hice medio vaso más porque me faltó).
  • 1 vasito de licor café de Galicia, de la boda de unos amigos ¡buenísimo!.
  • cacao en polvo sin azúcar.
Primera tanda de licor café, café y cacao en polvo. Con esta cantidad me faltó y tuve que hacer una segunda tanda más pequeña, aproximadamente la mitad.
Preparación:

Yo aproveché la thermomix para hacer parte de la receta, aunque María lo hacía a mano. Lo primero que hay que hacer es separar las claras de las yemas de los tres huevos. Las yemas las mezclé con el azúcar en la thermomix con la mariposa puesta, hasta que consigue un color blanquecino y textura cremosa a velocidad 3. Con el bocal abierto y a velocidad baja fui añadiendo el mascarpone a cucharadas, sin añadir una nueva hasta que la anterior no estuviera bien integrada. Aunque en el blog batian a mano primero el mascarpone y luego lo agregaban. Por último, le agregamos mientras continúa mezclando 1/2 vasito del licor de café.


Esta crema se pone en un bol amplio y se mete en la nevera. Mientras lavamos y secamos bien el vaso y la mariposa de la thermomix. Ahora ponemos en el vaso de la thermomix la mariposa, las claras de los tres huevos y una pizca de sal. Programamos 3 minutos a velocidad 3,5 y las claras estarán perfectamente montadas a punto de nieve.


Paso crucial que avisan y yo no hice caso (aún así quedó increíble el postre): añadir lentamente y de poco en poco las claras montadas sobre la crema que teníamos en la nevera. Se debe hacer en varias tandas con movimientos envolventes de arriba a abajo, pero yo con las prisas volqué de golpe y por completo la crema sobre las claras montadas, y... podéis imaginaros el resultado, ¿verdad? Se me bajaron al instante y, en lugar de obtener una crema esponjosa, tenía una crema bastante líquida. Pero con un sabor ideal.


Mientras hemos preparado ésto, el café ya se habrá enfriado, así que mezclamos lo que nos quedaba del vasito de licor café y comenzamos a montar en los vasitos individuales. Yo dejé la crema de mascarpone enfriar un buen rato en la nevera con la esperanza de que espesara un poco y ya luego monté los vasitos.


Para montar es siempre el mismo proceso: mojar el bizcocho en el café y colocar una base, encima una capa de crema, y de nuevo bizcochos mojados en café... así hasta llenar el vaso, siempre terminando con una capa de crema. A mí me dio para hacer 8 vasitos con tres capas de bizcochos y tres capas de crema, y eran unas cantidades que estaban muy bien como postre individual. Se guardan en la nevera, a poder ser de un día para otro y, en el momento de servir, espolvoreamos la superficie con cacao puro en polvo.


Utilicé de conejillos de indias a los padrinos de Celia y a mi marido (que debo agradecerles que siempre sean tan receptivos a probar mis postres) y creo que a todos les encantó. Mi marido quería que hoy volviéramos a hacer otra tanda porque se había quedado con ganas de más, así que espero que eso os anime a todos a probarlo...

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